Día 5: Puente de Normandía, Deauville y Honfleur

Pusimos rumbo a Deauville pero de camino hicimos parada en el Puente de Normandía, no pasábamos por allí, pero tampoco teníamos que desviarnos mucho.

Tras pasar el peaje (creo que 5 €), hay un parking, desde allí se puede dar un pequeño paseo, y se puede cruzar hacia la otra parte por una pasarela sobre la carretera; al llegar a la otra parte hay una cafetería y una especie de pequeño museo sobre su construcción, con una maqueta y diversas fotos. El Puente de Normandía atraviesa el estuario del Sena, desde Le Havre a Honfleur.


Después de la pequeña visita, dimos media vuelta y ya rumbo a DEAUVILLE, que a principios del siglo XX fue una estación balnearia muy elegante; hoy en día sigue conservando un montón de chalets muy bonitos y elegantes. Tiene un hipódromo, que siempre simboliza un poco la elegancia de principios del siglo pasado.


Una de las cosas que más llama la atención en Deauville son Les Planches, que es un célebre paseo por la playa, bordeado por las pequeñas cabinas con el nombre de alguna estrella americana y por la otra parte con los parasoles. Es como un decorado de principios de siglo XX.


El día no era nada playero, incluso mientras estábamos por aquí cayeron unas gotas; todo esto hacía que por allí no hubiera casi gente, que tranquilidad. Tras esto buscamos un sitio para comer, y luego ya rumbo a Honfleur.

Una vez en HONFLEUR, nos costó muy poco encontrar el alojamiento, ya que estaba en la carretera de entrada al pueblo, así que nos instalamos y luego tras un descanso, bajamos andando al centro del pueblo (no serían ni 10 minutos paseando), y llegamos a lo que ellos denominan Le Vieux Basin, que es la zona portuaria y el barrio emblemático de la ciudad, vamos, la foto típica.


Luego fuimos a la Oficina de Turismo, para agenciarnos con un buen plano y preguntar alguna cosilla, y ya seguimos callejeando un poco, decir que es un pueblo bastante pequeño, pero muy encantador, a nosotros nos gustó mucho.

También es bastante interesante la Iglesia Sainte Catherine, que es un edificio íntegramente construido de madera (siglo XV), y con la curiosidad que tiene el campanario separado, justo frente a la puerta de entrada de la iglesia.

Tras el paseo, nos tomamos una cervecita contemplando Le Vieux Basin, que es un lugar que merece estar tranquilamente admirándolo un buen rato. Tras esto cenita y al hotel.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario